¿Qué es la lluvia roja? El misterio de la lluvia de «sangre»

La famosa lluvia de sangre, ocurrida en el estado de Kerala (India), es un hecho que al día de hoy sigue siendo un misterio de la naturaleza. La misma tuvo lugar desde el 25 de julio hasta el 23 de septiembre de 2001. Sin embargo, al contrario de lo que muchos creen, esta lluvia roja no es parte de la normalidad de nuestro planeta.

Sin lugar a dudas, lo que la población de Kerala vivió con la lluvia de sangre, es realmente tétrico. De hecho, cuando sucedió este fenómeno, una de las primeras reacciones de los habitantes fue el «temor a un apocalipsis». Esto, en realidad, no suena tan alocado. Si tomamos las creencias religiosas y mitológicas, y luego combinamos ambas, existen relatos de lluvias apocalípticas en más de una vez. De hecho, en la antigüedad se creía que era una señal sobre alguna catástrofe por venir.

Pintura representando la lluvia de sangre

Todos estos «supuestos sucesos», tuvieron lugar hace miles de años. Sin embargo, en todos los casos, estas extrañas precipitaciones desaparecieron como por arte de magia, al igual que en Kerala. Luego del 23 de septiembre, los habitantes respiraron aliviados cuando este diluvio rojo cesó y todo volvió a la normalidad. Pero, ¿qué causó este fenómeno?

Al día de hoy no existe una respuesta científica «clara» respecto a la lluvia de sangre. Aunque, lo ocurrido en Kerala se repitió en otras zonas, como en Estados Unidos, Ucrania y Rusia. La diferencia fue que, en dichos casos, se manifestaron otros colores y explicaciones.




¿Era una lluvia de sangre?

Pese a que mucha gente puede ser totalmente escéptica, los científicos sí investigaron esta pregunta: ¿tiene sangre o no? Analizando la lluvia roja, no hallaron ni cobre ni hierro en su composición. Esto era de vital importancia ya que son dos elementos que hubiesen dado la coloración. De inmediato, se descartó que el agua tuviese sangre. Pero entonces, ¿qué era? Existen varios estudios e hipótesis.

 

Esporas rojizas

Esporas rojas de algas en la lluvia
Una de las teorías que ganó fuerza en ese entonces fue el de las esporas de algas. Las mismas estarían dispersadas en árboles, pastizales y rocas de toda India. Por lo que, según esta teoría, el color rojo de la lluvia podría deberse a la combinación de esporas rojizas con el agua. Esto no es tan alocado dado que, las micropartículas se elevan a la atmósfera y luego caerían con las precipitaciones.

En 2015, la mayoría de los científicos sostuvo que la lluvia de sangre fue provocada por esporas del alga Trentepohlia. Sin embargo, pese a ser una teoría bastante sólida, no fue suficiente para una parte de la ciencia, la cual obtuvo una segunda e impresionante teoría.

 

¿Lluvia extraterrestre?

Células halladas en la lluvia roja
La teoría de las esporas no convenció a una parte de los científicos por lo que, las investigaciones continuaron. Años más tarde, la ciencia logró un descubrimiento asombroso: la lluvia tenía una composición «celular».

A través del microscopio, los científicos pudieron al fin notar que el color rojo de la lluvia de sangre era producto de células rojas. Estos organismos no sólo estaban «vivos» sino que continuaban reproduciéndose. Pero lo más increíble no fue encontrar materia orgánica, sino que dichas células no eran de nuestro planeta. Sí, en pocas palabras, estos organismos eran extraterrestres. Ahora bien, ¿cómo es posible?

Según los investigadores de este fenómeno, hubo una explosión de un meteoro en el área de Kerala en los días anteriores a la lluvia roja. Por lo que se cree, un fragmento del cometa que entró a la estratosfera, traía vida alienígena en su interior. Por supuesto, estamos hablando de células parecidas a los microbios de nuestro planeta. Dichos organismos habrían logrado reproducirse de una manera asombrosa, para posteriormente alojarse dentro del núcleo de cada gota de agua.

Esta teoría fue reforzada cuando se encontró plancton en los paneles solares de la estación espacial internacional.

Posteriormente, los estudios continuaron y se determinó que dichas células no tenían ADN. Por otro lado, otro dato resultó muy interesante: serían inertes a temperatura normal, pero soportarían temperaturas extremas, inclusive hasta 121º C, algo inexplicable.

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